miércoles, 9 de septiembre de 2009
Historia del Maquillaje de Hollywood


Todo esto comenzó hace muchos años, apareció la figura del maquillador, al principio escaseaban los cosméticos y los actores se pasaban horas y horas hasta que finalmente estaban maquillados. Si te interesaría saber cuáles fueron las primeras marcas de maquillaje, los maquilladores más reconocidos de antaño, o los trucos para maquillarse de Greta Garbo, entre otras, lee atentamente este artículo en el que hacemos un repaso por la historia del maquillaje de Hollywood.
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Fue ya en la década de los treinta cuando se empieza a valorar cada vez más el papel del maquillador. Es importante reconocer que los maquilladores no estaban considerados al principio porque muchos habían sido actores, que tras no haber tenido suerte decidieron trabajar en el maquillaje. Esto tiene su explicación si tenemos en cuenta que los actores (tanto de teatro, como en los comienzos del cine) debían saber maquillarse.
Pero, al final de la era muda, los estudios empezaron a contratar a estas personas para que se encargaran del maquillaje, y ése fue el nacimiento de la profesión de maquillador. Y más importante era todavía la caracterización en el Hollywood clásico donde se contaban con pocos conocimientos al respecto (los maquilladores se contrataron para las películas sólo a partir de los años treinta) y donde los productos escaseaban. Pero esta nueva profesión no tuvo un camino de rosas, ni mucho menos -aunque tampoco lo fue para los pobres actores, quienes tenían que aguantar el suplicio que suponía estar sentado durante más de cuatro horas en una silla de barbero-.
Así fue como tras los Westmore y Max Factor, comenzaron a despuntar cada vez más maquilladores. Los que abrieron paso a los siguientes maquilladores fueron: Cecil Holland, Lon Chaney y George Westmore.
Cecil Holland, cuyo nombre era totalmente desconocido hasta hace bien poco, no sólo fue conocido en su tiempo como “el Padre de la Profesión de Maquillador”, sino que también se le acreditó como el primer “Hombre de las Mil Caras” y de haber entregado ese título a Chaney. Dos de sus caracterizaciones más sobresalientes fueron las que realizó para Bull Montana en THE LOST WORLD (1925) y para Boris Karloff en THE MASK OF FU MANCHU (1932).
La dinastía Westmore, una de las pioneras y más importantes del maquillaje en Hollywood, fue fundada durante la era del cine mudo, cuando George Westmore, un cockney judío, puso en marcha el primer departamento de maquillaje en la historia del cine en el Selig Studio. Probablemente en el ochenta por ciento de todas las películas realizadas en el período que va desde 1930 a 1950, aparecía en los títulos de créditos el nombre de Westmore.Jack Dawn, por ejemplo, dirigió durante años el departamento de maquillaje de MGM. Su equipo tenía buenas instalaciones, sillas de barbero regulables, muchos espejos e iluminación adecuada y exigía que sus trabajadores fueran tratados como artistas, no como técnicos, a pesar de que su disciplina era durísima.
William Tuttle empezó como aprendiz en la Fox, donde trabajaba Dawn. Para ello comenzó barriendo y fregando suelos, porque Dawn era un fanático de la limpieza. Mecanografiaba, hacía informes, llevaba recados y contestaba el teléfono. “Le preparaba todo el maquillaje, todos los colores, y de esa forma me familiaricé con el maquillaje que llevaban los actores. No había una forma establecida para que los jóvenes aprendieran el oficio. Te ibas introduciendo poco a poco. No se establecía un período de aprendizaje; empezabas cuando te consideraban competente”, recordaba Tuttle. Un día Dawn observó los esbozos que Tuttle había realizado para la Fox y fue entonces cuando consideró que sería un buen maquillador. Primero le dejó ayudar en las pruebas. Un día, el maquillador encargado de THE MARK OF THE VAMPIRE (1935) no se presentó y mandaron a Tuttle como sustituto hasta que contrataran a alguien nuevo. Él mismo se acabó haciendo cargo de la película. Cuando Jack Dawn se fue a Metro en 1934, se llevó a Tuttle.
Jack Pierce y Maurice Seiderman fueron dos famosos maquilladores que trabajaron en la década de los treinta, gracias a los cuales se revolucionó el mercado cinematográfico. Ambos estudiaron la anatomía humana en un esfuerzo por hacer que sus caracterizaciones fueran más reales. Pierce fue el responsable de la transformación de Boris Karloff en Frankenstein y Bela Lugosi en el conde Drácula. Pierce siguió caracterizando en todas las películas sobre el mito de Frankestein que siguieron a la primera versión, tales como: THE BRIDE OF FRANKENSTEIN (1935), SON OF FRANKENSTEIN (1939), THE GHOST OF FRANKENSTEIN (1942); FRANKENSTEIN MEETS THE WOLF MAN (1943); HOUSE OF FRANKENSTEIN (1945), etc. Pero también tuvo la oportunidad de demostrar su ingenio creando a los otros monstruos que han aparecido en toda la historia del cine de terror: a la momia en THE MUMMY (1932), al hombre lobo en THE WEREWOLF OF LONDON, etc. Seiderman, por su parte, consiguió perfeccionar el proceso de envejecimiento humano tan bien, que creó 37 distintas “caras” para Orson Welles en Ciudadano Kane. La actriz Jane Wyatt quedó francamente impresionada al entrar por primera vez en el departamento de maquillaje de la Universal.
En los años 30 hubo un cambio radical en la estética de la mujer. Se pasó de una mujer femenina muy frágil, con mucha dulzura, que fue el prototipo de mujer que marcó los años 10 y 20, a una mujer de estética fría, seria, poco femenina, con aire duro y masculino. El cambio vino dado por las circunstancias de la época, I Guerra Mundial, las mujeres tomaron la posición de los hombres ya que ellos fueron a la Guerra. La única tendencia que se mantuvo fue la palidez en el rostro. Lo más representativo del maquillaje de los años 30 fue que, a diferencia de otros posteriores, éste nunca se volvió a repetir.
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El icono estético mas representativo donde podemos ver ese maquillaje es en Greta Garbo en los años 30. En los 20 tenia una estética completamente diferente. El maquillaje era muy poco alegre, muy serio, las pieles eran muy claras y el tono de piel muy unificado, se seguían llevando la matización con polvos de arroz muy blancos. Lo más curioso de este maquillaje, es que en la delineación superior del ojo se trazaba una línea negra desde el lagrimal hasta el final del ojo que tenía una especie de montañita en el centro. En el lado opuesto al lagrimal, el rabillo, se trazaba un triángulo en forma descendente con lápiz negro que no se rellenaba. Marcaban una banana en marrón alargando la cuenca de manera descendente, difuminaban la banana y repasaban con una forma marrón. El párpado móvil solía usar un color marfil, beige o crema. En el arco supracilial el mismo color que en el párpado móvil. Se marcaba con máscara de pestañas las superiores enteras muy marcadas, y abajo sólo a la mitad, dos cuartos de la delineación inferior. La ceja que marcó tendencia en la época era una ceja redonda muy finita y con una gran tendencia a la caída. Los labios eran muy finos y alargados, en horizontal. Los colores eran oscuros, rojos, Burdeos o marrones. Las cimas del labio eran redondas, a veces el labio superior se maquillaba mas largo. Y el rubor era muy discreto, casi siempre en un tono marrón.En los años 40 lo más representativo era la boca, vulgarmente conocida como “la boca de asco”. El centro del labio superior se afinaba y se ensanchaba hacia las comisuras, creando esa mueca de asco. Seguía siendo una estética muy fría, con ausencia de color, las pieles seguían siendo claras, los ojos eran muy parecidos a los de los años 30, el sombreado era el de la media luna, también una banana marcada en marrón en forma descendente y la delineación superior del ojo marcada en negro, con un trazo muy fino. Máscara de pestañas arriba, sombra color marrón o crema en el párpado. Las cejas siguieron siendo finas. Y el rubor marrón, discreto y alargado. Una mujer que define muy bien esta década es Katherine Hepburn.
En los años 50 el maquillaje dio un cambio radical, las mujeres eran más femeninas, el blanco de la piel ya no daba esa sensación de enfermizo, si no que se empezaba a llevar un tono de piel mas saludable, tirando hacia moreno. Se introdujo el color en los sombreados, el ojo se marcaba con una forma abierta con eyeliner. Se marcaba una banana muy flojita en un tono azul o marrón se difuminaba muy bien y se marcaba la delineación superior con eyeliner cerrando en una forma de siete. La boca era forma de corazón, los labios tenían esa forma, ni gruesos ni finos y siempre en tonos oscuros. Un rubor marcado por debajo del hueso del pómulo. El maquillaje de los años 50 es uno de los más bonitos y más femeninos. La forma en que se marcaba el eyeliner es algo que se sigue haciendo, es un maquillaje muy discreto, pero sutil y sofisticado a la vez. Da siempre un punto de elegancia. Seguro que localizas este estilo si miras una foto de Marilyn Monroe.
Se dio una revolución cosmética. Empezaba a haber más maquillaje y comenzó a estar al alcance de todo el mundo. El sombreado más representativo de esta década fue la fusión de la banana con la delineación superior, una de las novedades que marcó más tendencia, fue hacer este tipo de sombreado en blanco y negro. También aparecieron por primera vez las sombras en crema. Siempre daba un aspecto de “muy sucio”. Los negros no estaban perfectamente difuminados y se fundían con los blancos.
La piel ya no era tan porcelana, ni tan matizada, daba un aspecto un poco graso, un tono de piel moreno. El colorete se empezó a llevar en forma de “ele”. La pestaña postiza que hizo aparición en los 60, tiene su auge en los 70. Labios marrones claritos, poco maquillados e incluso del tono de la base, -se maquillaban con la misma base del maquillaje-. En esta década comienza su carrera, pisando fuerte. Susan Sarandon.
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AÑOS 90-2000
En esta década hay una explosión total del maquillaje, teniendo en cuenta que el maquillaje tiene unos precios asequibles. Hay distintas categorías de marcas. Y todo el mundo se lo puede permitir.
El color Burdeos y corinto fueron los de más tirada en los 90, las mujeres, por fin, se podían poner cualquier tipo de color.
La mujer tiene menos tiempo para su imagen sin embargo está muy cuidada, por eso es maquillaje es más práctico y cómodo a la hora de aplicarlo. El sombreado más típico en los noventa que se sigue repitiendo, es un degradado horizontal en forma de uve, marcando muy poquito la cuenca. Se marcaba solo un tercio de la línea interior del ojo y se llevaban todos los colores. Máscaras de pestañas negras, marrones, transparentes, e incluso empezaron a parecer azules y verdes.
La piel es muy morena, dos tonos x encima del color de piel natural. Fue la explosión del moreno, de los rayos uva y de largos baños de sol. Piel con brillos, polvos brillantes en escotes, mucho más atrevido. Los labios con tendencia a agrandarse, se usaba un perfilador dos tonos por encima del color de labios, es una tendencia que ha desaparecido prácticamente hoy en día, que aunque se sigue tendiendo a agradarlo, ya se utiliza el mismo color de perfilador que de barra de labios. Aparecen los Gloss, los brillos... Las cejas que se llevan son normales, no descendentes, un poco picudas, se tiende a elevar y a alargar el ojo en los sombreados. El colorete se marcaba en 3 colores.
En los 90, encontramos actrices de la altura de Jennifer Aniston, Winona Rider, Angelina Jolie o Alicia Silverstone.
Historia Maquillaje

Cuanto más tecnológicamente avanzado se vuelve el mundo, más énfasis se pone en un maquillaje fresco y limpio que oculte los signos visibles del envejecimiento y que pueda volver el tiempo atrás. Las palabras como fresco, beneficioso, puro, natural, anti-envejecimiento se han convertido en parte del vocabulario actual del maquillaje ¿Acaso hemos vuelto al punto de partida al utilizar los materiales que la tierra nos ha dado como base de los cosméticos, tal como sucedió miles de años atrás? ¿Acaso hemos dejado de lado la historia del comienzo de los cosméticos y hemos reinventado los beneficios de los ingredientes naturales? Para responder a estas preguntas, primero debemos realizar un tour a través de la historia de los cosméticos.
¿Cómo Comenzó el Maquillaje Facial?
Sabemos que, durante varios siglos, tanto hombres como mujeres han disfrutado del lujo del maquillaje facial. Pero la historia del maquillaje facial se remonta a miles de años atrás, hasta llegar a los Egipcios del Siglo I. Esto no significa que los Egipcios fueron los primeros en utilizar maquillaje sino que se encuentran entre los que primero documentaron la importancia del maquillaje facial como una parte fundamental de la cultura, tal como se puede ver en el descubrimiento de las pinturas en las tumbas del antiguo Egipto. Los Egipcios utilizaban ingredientes naturales tales como el ungüento -una sustancia hidratante- y el kohl para mejorar la piel y la apariencia. Los Egipcios eran conscientes de la belleza de una piel suave y de unos ojos seductores. El Siglo I también mostró que los Romanos utilizaban kohl para el maquillaje de los ojos y las pestañas. Los Romanos también utilizaban tiza como blanqueador de la piel y colorete. Las influencias grecorromanas y persas agregaron el uso de las tinturas de henna para el rostro y el cabello. El maquillaje facial continuó evolucionando con el tiempo. Para la Edad Media, las culturas europeas sumaron el furor de la piel pálida. La piel pálida se convirtió en signo de bienestar económico y categoría en la sociedad. Las mujeres tomaban medidas extremas para lograr tener una piel blanca llegando incluso a provocarse hemorragias. Agregar un color rosa sutil tal como se usaba en el Siglo XIII daba otro símbolo de bienestar económico e importancia social ya que solamente los ricos podían pagar un maquillaje facial color rosa. La importancia de la piel blanca como signo de riqueza continuó hasta el Renacimiento Italiano. Nuevamente, las mujeres recurrían a medidas extremas para lograr tener una posición social utilizando ingredientes mortales como el plomo y el arsénico. Para la era isabelina, el maquillaje facial comenzó a asociarse con una mala salud. Las mujeres utilizaban clara de huevo para dar un poco de brillo saludable al rostro. El maquillaje facial pesado era utilizado para esconder las enfermedades. Gracias a los franceses en el Siglo XVIII se agregó un poco de vida y vitalidad al rostro al incluir el color rojo en el maquillaje facial. Los labios y las mejillas rojas se convirtieron en un símbolo de salud y diversión.
Una Leve Decadencia en los Cosméticos
Aproximadamente durante el Era Victoriana, el maquillaje comenzó a ser asociado con las prostitutas y actrices. Las mujeres decentes no tenían permitido tomar el sol para no alterar el color de la piel ni tampoco cambiaban el tono natural de la piel. La piel que quedaba al descubierto era tapada, se utilizaban sombrillas para proteger a la piel del sol y mantenerla de un color claro. Los ingredientes naturales como avena, miel, yema de huevo y agua de rosas reemplazaron a los cosméticos creados por los boticarios. Las cejas eran depiladas y se utilizaba polvo de arroz. Las mujeres hicieron el intento de agregar un poco de color en secreto pellizcando las mejillas o utilizando jugo de remolacha para obtener color y jugo de limón como blanqueador. Para el 1900 era muy popular tener un aspecto de enfermo. Se enfatizaban las ojeras, las mejillas rosadas y los labios color carmesí agregaban un toque al maquillaje facial "de enfermo". Afortunadamente, esta leve decadencia no duró mucho.
Maquillaje Moderno
Tal vez sea difícil imaginar el maquillaje del 1900 como moderno, pero de hecho es el comienzo de la industria cosmética tal como la conocemos hoy en día. Con el auge de los medios de comunicación masiva, la televisión, las películas del cine y el transporte, la industria del maquillaje creció agigantadamente. Aunque a principios del 1900 todavía la creencia popular era asociar a la piel pálida con una vida de riqueza y placer y relacionar la piel bronceada con la clase trabajadora, gracias al viejo maquillador Max Factor, se desarrolló y se produjo el primer polvo facial perfumado para el público, convirtiendo al maquillaje facial en algo accesible para todos. Para la década del 30, el maquillaje estaba disponible para las mujeres de todas las clases sociales. Las mujeres tenían íconos como Greta Garbo y Marlene Dietrich y las utilizaban como modelos a seguir. Así, florecieron los gigantes de la industria cosmética como Max Factor, Elizabeth Arden, Revlon y Lancôme. El maquillaje se convirtió en algo sensual y prolijo. Las mujeres tenían una gran variedad de colores para utilizar y esmalte de uñas para combinar.
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